No estamos enamorados

Colaboración por: @adarleatomos

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Hace mucho que no escuchaba una canción de amor, más bien de desamor, que tanto melódica como líricamente diera en el clavo de manera tan fulminante. Si bien nunca fui fan de Crystal Castles, esta canción junto con Baptism de su más reciente disco, me tienen obsesionado (obsesión que se extendió a Alice Glass pero ese es otro pedo).

La inclusión, en una versión nueva, de la voz de Robert Smith, con ese tono de voz afeminado y dramático, de eterno puberto, catapultó esta canción a otro nivel.

Aún antes de que entre la voz de Robert Smith, ese intro de teclado tan frío, tan synth wave, asienta el modo y tono de la canción: tristeza, autocompasión y una profunda melancolía.

Cuando entra la voz de Robert, la manera en la que canta no podría ser de otra manera, la canción lo pide así. Smith trasplanta ese tono lastimero de un disco como Disintegration, se siente particularmente en partes de la canción como “and we were lovers, now we can’t be friends, fascination ends, here we go again”. Más que dirigida a la persona amada y perdida, Robert se habla a si mismo, con la tristeza contenida.

Pasamos al puente de la canción donde se habla del frío del exterior y del calor del hogar que al parecer ya no es suficiente para mantener al amante cerca. Aquí la música genera la suficiente tensión como para que uno ansíe la llegada del coro. Un coro simple que afirma con una convicción propia del que se está creyendo una mentira para sentirse un poco mejor: “I’m not in love”.

Not in Love es una canción ideal para dar una vuelta por un parque en otoño y llorar mientras caminas, aunque, extrañamente, el coro tiene una arista de luz al final del túnel. Crystal Castles creó una canción pop atemporal que te pone a llorar pero te deja las ganas de seguir bailando.